Ahora que recién hemos dado inicio al nuevo curso escolar, consideramos apropiado retomar algunos conceptos básicos sobre los que vale la pena reflexionar. Esta información es un buen punto de partida para todas aquellas familias o docentes que no saben por dónde empezar a hablar de sexualidad con las criaturas, en casa o en el aula.
 
La sexualidad es uno de los fundamentos de la experiencia humana. No es algo que tenemos, sino algo que somos. La sexualidad es la forma en la que cada cual se expresa, comunica, siente, íntima, da y recibe placer con la palabra y los cinco sentidos de su cuerpo.
 
La sexualidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. Si bien la sexualidad puede abarcar estos aspectos, no es necesario que se experimenten ni se expresen todos al mismo tiempo. La sexualidad se vive y se expresa en todo lo que somos, sentimos, pensamos y hacemos, por ende está ligada a nuestra identidad. Su pleno desarrollo depende de la satisfacción de necesidades fundamentales del ser humano, tales como el deseo de contacto, de intimidad, de expresión emocional, de placer, ternura y amor.

Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de sexualidad?

A veces, cuando hablamos de educación sexual dirigido a la infancia, el contenido se centra en los aspectos biológicos de la sexualidad, como si la comunicación y los sentimientos no formaran parte de ella. En muchas ocasiones, esta es la manera más fácil que encuentran las personas adultas para romper el hielo en sus conversaciones con las criaturas. Y si, es mejor empezar a abordar la sexualidad de este modo a mantenerla en el silencio, pero no debemos desvincularla de la relación y el intercambio.

El sentido y los significados que damos a la sexualidad se transmiten, fundamentalmente, a
través de nuestra forma de ser y de relacionarnos. Son formas y maneras que, para una niña o un niño, tienen mayor significatividad que los discursos que les podamos dar. A través de la relación que establecemos con las criaturas, ellas observan y experimentan actitudes que podrán integrar en su propio universo, partiendo de su singularidad.

Pero, ¿cómo ser natural hablando de sexualidad?

Muchas personas “quieren ser naturales al hablar de sexualidad en familia” pero no saben cómo. La idea preconcebida de “ser natural” a la hora de hablar de sexualidad, es pretender hablar de ello como hablo de cualquier otro tema: sin ponerme nerviosa, titubear o ponerme roja y esta exigencia lo único que hace es frustrarme porque no sé hacerlo.
 
Permitir los nervios, el titubeo y el tono rojizo de mi cara, es ser natural, porque no hace falta hacer teatro para hablar de sexualidad. Para acompañar la sexualidad de las criaturas,  es importante descubrir y nombrar los propios miedos, deseos, sentimientos y prejuicios en torno a ella. Y, tomando en cuenta esta realidad, plantearnos qué hacer desde ahí, cómo abordarla de la mejor manera posible sin que este ejercicio se vuelva en contra nuestra.
 
Más que con “charlas”, niñas y niños van aprendiendo e integrando su sexualidad viendo cómo sus personas adultas referentes se relacionan, cómo viven sus vidas, cómo hablan sobre amor, sexualidad y relaciones, cómo resuelven sus conflictos y dificultades, cómo expresan los afectos…

Hablar sobre sexualidad no es una práctica habitual. Suele generar malestar, resistencias, miedos, porque tratar sobre ella significa repensar la propia sexualidad y obliga a quien educa a ponerse en juego. Y esto no es fácil.
 
Cualquier persona adulta, en la medida que mantiene una relación significativa con una niña o un niño, le enseña sexualidad a través de cómo establece ese vínculo. Los gestos que usa y los que no usa, las palabras que dice y las que no dice, las muestras de afecto que expresa y las que no expresa, transmiten su forma de sentir y entender la sexualidad por eso siempre estamos haciendo educación sexual, queramos o no…
 
En Sexducación, estamos aquí para acompañarte en este viaje. Sabemos que acompañar la  sexualidad de nuestras criaturas no es un proceso fácil y que muchas veces requiere que, como personas adultas, cuestionemos nuestras propias creencias, miedos y formas de expresar afecto. Nosotras mismas, como equipo, constantemente revisamos, cuestionamos y desaprendemos lo que sabemos para poder ofrecer un espacio seguro y libre de juicios, tanto para las familias como para los docentes que desean acompañar estos temas de manera respetuosa.


Queremos invitarte a unirte a esta experiencia de aprendizaje continuo. Conócenos y encuentra recursos, guías y formaciones online y presenciales dirigidas a alumnado, familias y docentes. Porque para educar, hace falta un tribu, hagamos de la educación sexual un camino lleno de empatía, respeto y crecimiento mutuo.


Si eres docente de educación primaria y secundaria, estudiante o profesional del ámbito educativo, social y sanitario, te recomendamos nuestro curso online: La sexualidad y el amor en la educación. Esta formación permite tener una panorámica general en el abordaje de la educación sexual y amorosa de niñas, niños y jóvenes.
 
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