Sentir que si, sentir que no

Hace un par de meses, una amiga ofreció a mi hija una galleta: “¿quieres una galleta? ella respondió encogiéndose de hombros. Nuestra amiga  le dijo: no entiendo qué quiere decir eso, yo solo entiendo SÍ o NO, a lo que mi hija respondió:  sí, quiero una galleta”

Un día a la semana mi hija Lola que tiene 6 años, viene a comer a casa, siempre desea invitar a alguna amiga o amigo. Son muchas las niñas y niños que han pasado por mi casa. Les observo, hablo, escucho, hablan, escuchan, me emociona ver la vida a través de sus ojos, es un autentico aprendizaje .

He observado que más niñas que niños no saben defenderse y cuando hablo de defenderse no estoy hablando de pegar. Hablo de identificar las cosas que no les gustan y pararlas cuando algo les molesta.

Muchas niñas, también  algunos niños acostumbran a defenderse siempre a través de una persona adulta “fulanita me ha dicho tonta” “menganito me ha insultado” “zutanito me ha tirado del pelo” Y la persona adulta responde diciendo: “zutanito no tires del pelo a fulanita”

Pero estos niñas y niños, ¿saben parar los contactos físicos que les desagradan? ¿saben expresar su malestar? O por el contrario ya han sido domesticadas y domesticados para “ser dóciles y portarse bien”

Y portarse bien ¿qué significa? ¿dar besos a todo el mundo sean o no personas conocidas? ¿dejarse achuchar aunque no te apetezca? ¿obedecer aunque te haga sentir incómoda?

Una cosa son las normas la buena educación: hola, adiós, gracias, por favor y otra es la sumisión a las personas adultas.

Es importante que niñas y niños sepan parar algo que les molesta, con la palabra; hablando  fuerte, enfadándose si es necesario pero también con el cuerpo: ¡para! ¡déjame! ¡no me toques!

Os recomiendo el vídeo de los años 70, sentir que sí, sentir que no.  Nos explica cómo podemos ayudar a que las criaturas expresan sus emociones desde bien pequeñas y que sepan identificar y diferenciar lo que les gusta de lo que no les gusta.

Cuando tenemos la sensación del NO, es muy  importante que la otra persona sepa cómo nos sentimos. Cuando tengas la sensación del NO ¡que salga! con fuerza, con voz alta y si es necesario acompañándose de un  movimiento que lo frene.

Cuando tienes la sensación del SÍ, podemos decir a las demás personas, qué sentimos según cómo nos toque.

Mi  apuesta en el aula, y fuera de ella, es hablar del placer, hablar de lo que SÍ me gusta, del deseo, de lo que quiero, hablar del cuerpo, de los cuerpos…

Estar conectada con el deseo, en su sentido más amplio, es estar en contacto con quien soy, con el cuerpo que tengo y con la responsabilidad.

Os dejo algunas palabras de chicas y chicos hablando de la sensación del SI y la sensación del NO.

“Si no hablamos del placer,  de lo rico y de lo que nos gusta ¿como vamos a aprender a decir que no? ¡es empezar la casa por el jodido tejado!

“Yo quiero hablar más del placer y de mi clítoris y de orgasmos y de sexo y de piel y erotizar mi vida a saco aunque no tenga pareja ni amante ni ná…”

“Si me centro en el placer y en lo que me gusta, si vivo mi placer, mi erotismo, mi deseo, el próximo amante será mejor y yo estaré mejor en la vida y en las relaciones.”

“En el mundo de los hombres que tienen sexo con hombres, es fundamental hablar de piel, de ternura, de besos, de caricias y dejar un ratito los ojetes, las penetraciones y las competiciones de atletismo sexual…”

“Estoy cansada de hablar de violencia, violaciones, acoso, machirulos, quiero hablar más de mí y menos de ellos…”