En 2007 en el congreso de los diputados se expuso la situación del la prostitución y la trata reconociéndose el número de mujeres prostituidas en España en torno a las 400.000 y se reconoció también que el 90% eran explotadas por mafias. Se planteó delante de toda la cámara que esto arrojaba la cantidad aproximada de 360.000 esclavas en nuestro país, todo esto se recogió en algunos medios como “El País”, el periódico de mayor tirada en España y sus señorías parece ser que no se escandalizaron, más bien como de costumbre en estos temas miraron de perfil.
Pero no creo que los electos diputados del parlamento sean los únicos responsables de este genocidio, tampoco se oyeron demasiadas voces entre la población por el hecho de que hasta 360.000 mujeres y niñas fuesen violadas impunemente miles de veces en nuestra «maravillosa España».
Han pasado diez años, ha habido avances en las leyes y tratados, la policía está mucho más concienciada y formada, hubo alguna propuesta de retirar los anuncios de prostitución de la prensa generalista, y subvencionada por el estado como un bien cultural, pero a día de hoy, 10 años más tarde, con miles de mujeres y niñas engañadas, importadas como mercancía, explotadas y violadas a diario, las cosas no han cambiado demasiado. Es cierto que algunos medios de prensa dejaron de publicar anuncios de contactos, pero de forma escandalosa, se sigue anunciando prostitución en medios como las principales emisoras de radio. Es lamentable escuchar en la radio cómo en el Eixample de Barcelona se ofrecen masajes orientales para darte
el mayor placer, con un matiz: “Solo para hombres”, evidente prostitución donde miles de mujeres principalmente de China son explotadas sexualmente para ofrecer sus servicios a nuestra tensa población masculina. En los últimos años han sido desarticuladas varias redes de esclavas sexuales en Barcelona. En algún caso más de 20 chicas malvivían y dormían en un piso, donde eran explotadas sexualmente y donde se encontró ketamina, una droga anestésica usada con caballos, que permite a las chicas sobrevivir drogadas a las docenas de violaciones a las que eran, y son, sometidas cada día. Sí, en Barcelona. Cualquiera de esta ciudad estará harto de ver tarjetas en los parabrisas u otros lugares donde se exhiben mujeres como mercancía, y la vida sigue, para nosotros, no para aquellas a quienes les han arrancado hasta el alma.
Vivimos en un país, España, que es el tercero en el mundo en consumo de prostitución. Una Catalunya que ostenta el mérito de albergar el mayor prostíbulo de Europa. Una Barcelona repleta de prostíbulos y casas de masajes con final muy infeliz, con unas ramblas, en estos días tristemente célebres, donde mujeres principalmente nigerianas son parte del paisaje urbano para deleite del turista de sexo barato, como la cerveza y las playas, una ciudad orgullosa de contar con los mayores congresos donde la prostitución es un gran reclamo para los presuntos respetables ejecutivos.
Acabo esta reflexión con unas palabras de Martin Luther King: «No me preocupa la maldad de los malvados, lo que más me preocupa es la indiferencia de los bondadosos»
Jonatan Serrano
Vicepresidente de Esclavitud XXI