Explicar el placer a una niña de 4 años

Un abrazo, una caricia, cosquillitas en la vulva, disfrutar comiendo tu plato preferido, jugar con una amiga, bailar, cantar, tirarnos por el suelo, bañarnos en el mar, un rayo de sol, correr por un prado, recoger flores, juntar piedrecitas de colores, dormir cuando ya no se puede más…

Todas estas son cosas que nos proporcionan placer, las criaturas pequeñas lo tienen bien claro; cuando algo les gusta y cuando no, cuando les apetece y cuando no, con quien sí y con quien no. Suelen estar bastante conectadas con el PLACER.

Las familias podemos favorecer la sensualidad de nuestras criaturas, dejándoles de vez en cuando más tiempo del normal en la bañera, o permitiéndoles explorar con el barro, o andar sin calzado por la hierba, o dar un paseo bajo la lluvia. También se puede disfrutar mucho describiendo un determinado sabor, un olor, una sensación táctil, un sonido o un objeto.  Algunas de estas preguntas pueden servir de ejemplo para ayudar a la niña o al niño a prestar atención a sus sentidos: “¿Qué notas cuando el viento te da en la cara?”, “¿cómo sabe esta comida?”, ¿crees que tu cama tiene un olor peculiar?”, “¿qué es lo más bonito de este paisaje?”. Es un modo de poner en juego su creatividad. Quizás sea necesario también que las personas adultas aprendamos a expresar con más lujo de detalles nuestra capacidad sensorial haciendo comentarios y descripciones sobre lo que nos parece un paisaje, una comida, un tejido…

Lástima que la palabra “PLACER”, parece que en el mundo adulto sólo se entienda si va acompañada de la palabra “sexual”. Pero yo me pregunto ¿cuánto placer hay en nuestras vidas? Rescatemos esta palabra para proporcionarnos todo tipo de PLACERES.