Experiencias educativas: los chicos no lloran

En algunos Institutos de L’Hospitalet de Llobregat, durante los dos últimos cursos lectivos, he impartido algunas charlas sobre prevención de violencia de género.
En el aula, al trabajar los estereotipos de género asociados a chicos y a chicas, a hombres y a mujeres, explico la dificultad que tienen algunos chicos, a la hora de manifestar sentimientos en público.

La mayoría de chicos en algún momento, hemos oído la frase “Los chicos no lloran”. El estereotipo masculino de género, propone que los chicos deben ser duros, fuertes, valientes, insensibles, competitivos, y un largo etcétera. Abrazarse, y mucho menos darse dos besos, con un amigo para saludarlo, o simplemente llorar delante de otros chicos o chicas, son comportamientos que no todos los chicos se permiten.Cuando pregunto al alumnado por qué creen que pasa, tienen claro el por qué.

Muchos chicos y chicas responden que es porque algunos chicos tienen miedo a que les llamen “maricas”, a que pongan en duda su masculinidad y lo que eso implica en el espacio del aula.Todavía recuerdo algunos ejemplos de chicos en estas situaciones. Un adolescente de 1º de la ESO contó en clase que cuando tenía 6 años recuerda que su tío le pegaba cada vez que lloraba, “los chicos no lloran!”

Otro chico de 3º de la ESO, recuerda que cuando era muy pequeño, su padre le decía que “los hombres no lloran, llorar es de maricones.”

¡Qué presión para algunos niños que aprenden de modelos masculinos  violentos en su entorno más cercano! ¿Son estos modelos masculinos positivos?

Suelo realizar en clase la siguiente dinámica.

En el aula, se colocan las sillas en forma de U para facilitar el contacto visual. Comprobamos in situ la dificultad que tienen algunos chicos para poder manifestar sentimientos en público, con una dinámica que he bautizado como “dinámica de los saludos”.

Dinámica de los saludos. sexducación

Pido que salgan al centro dos chicos voluntarios, con la premisa de que sean “super-amigos”. Los coloco cada  uno mirando a una pared, les pido que se alejen unos pasos. Inmediatamente les explico lo que han de hacer:

“Siendo super amigos, lleváis casi tres meses sin veros, porque  han pasado las vacaciones de verano. Os reencontráis en la puerta del Instituto. ¿Cómo os saludaríais?”

Hay diferentes representaciones de cómo lo hacen.

  • En algunos casos, los chicos simplemente se chocan la mano, no hay ningún contacto físico. Se les ve incómodos ante la situación.
  • En otros casos, los chicos tocan puño con puño y luego chocan una palmada por encima de sus cabezas y, a veces lo acompañan con un “abrazo” pero en el que casi no se tocan. Hay muy poco tiempo de contacto y además muy poco contacto, a pesar de darse un abrazo, “No vayan a pensar que…”
  • En el tercer caso solo hay un abrazo, apenas sin contacto. Lo que suele acompañar a los abrazos masculinos son pequeños o grandes golpes en la espalda. Hay una cierta demostración de fuerza. En algunos de los abrazos,  debido a estos golpes en la espalda, los chicos han sentido dolor pero como son “chicos representando su estereotipo”, no han dicho nada.

Alguna vez he preguntado por qué los chicos no se besan y algunos chicos me han respondido “no se me ocurriría nunca besar a otro chico”.

Yo les pregunto si no besan a sus hermanos, padres o primos y me comentan que sí pero que es diferente, “esos chicos no cuentan porque son tu familia”.

Yo les suelo comentar que la familia te viene de serie, no la eliges, en cambio a los amigos los eliges tú. Pero a la hora de saludar, lo suelen hacer más cariñosamente con la familia que con los amigos. Mi intención es hacerles cuestionarse, hacerles pensar.

Cuando les pregunto a las chicas, qué les parece la forma de saludarse de los chicos, en muchas clases he oído el mismo comentario “Es que los chicos son muy sosos”.

El mismo ejercicio lo repito pidiendo a dos chicas “súper amigas” que voluntariamente salgan al centro.

Dinámica de los saludos. Sexducación

Repito la misma consigna con las chicas. Suelen correr entre exclamaciones  de alegría, para abrazarse de forma muy intensa. Muchas veces una chica se abalanza sobre la otra, que la coge en volandas. En algún caso se han caído al suelo de la euforia. En ningún caso he visto que se den golpes en la espalda con los abrazos, tal como hacen los chicos. Lo hacen muy intensamente, pero no utilizan la fuerza.

Cuando les pregunto a los chicos sobre cómo han visto el saludo de las chicas, suelen decir que las chicas son “muy teatreras” que están siempre así, que no hace falta que haya pasado tanto tiempo, que se saludan así cada día…”

Hay grandes diferencias en los saludos de chicos y chicas. Las chicas están acostumbradas a tocarse, cogerse la mano, acariciarse y decir algo tan sencillo como “qué bien te queda ese vestido”.

En la mayoría de chicos ese comportamiento es impensable, aunque llevemos un rato en clase hablando de “degenerar o romper” lo que el género estereotipado nos dicta. Muchos chicos siguen saludándose como si no se pudieran tocar, como si tocarse los hiciese vulnerables, débiles y los etiquetase como “gays, raros, inadecuados, excluidos o, como me dijo un alumno en clase, “desviados”.

Algunos chicos reaccionan con violencia, si en algún momento y por algún motivo se duda de su masculinidad, sienten que la han de defender porque creen que es la forma adecuada de actuar siendo chico. Algunos chicos son como una “olla exprés”, en cualquier momento pueden explotar.

En cambio, la mayoría de chicas, están acostumbradas al contacto físico, que funciona como un factor de protección, sin cuestionar sus comportamientos cariñosos con otras chicas, no reaccionan con violencia, no han de defender nada.

La mayoría de los chicos no se plantean aprender a relacionarse como lo hacen las chicas…

Jose M.Narváez. Licenciado en Psicología