Cosificación o libertad, ¿tú qué opinas?

La penúltima entrada en el blog SENTIR QUE SI, SENTIR QUE NO, hacía hincapié en que niñas y niños sepan expresar lo que sienten, sean sensaciones agradables o desagradables desde bien peques y que no dependan siempre de la voz de una persona adulta para defenderse y expresar su criterio.

Hace unos días hablando con una amiga me expresaba que tenía más miedo ahora al ir por la calle que cuando era adolescente y yo me pregunto ¿qué está pasando? ¿qué mensaje está llegando a las chicas adolescentes? ¿estamos empoderándolas de verdad?

Estoy de acuerdo en que hay que enseñar a las chicas que vivimos en un mundo donde hay peligros, que hay que estar atentas pero la seguridad al completo no existe. No podemos transmitir a las niñas y a las jóvenes que las mujeres somos seres necesitados de protección y tutela y que en aras de la seguridad de las chicas y las mujeres, se nos reste libertad.
Para llegar al SÍ  y al NO, hace falta hacernos dueñas de nuestro cuerpo y de nuestro placer, conocer nuestros límites, despojarnos de las miradas ajenas y de la auto censura y responsabilizarnos de lo que una desea y saber expresarlo.

También es un ejercicio para los chicos, para que sepan conectar con su placer y sus ganas y expresar realmente lo que desean, lejos de los estereotipos de género. Este no es un ejercicio que se hace de una vez por todas y para toda la vida, sino que es un ejercicio de revisión continua y construcción colectiva, con otras mujeres, con otros hombres, que nos ayude a escuchar nuestros deseos y pensamientos lejos de los discursos impuestos.

Todavía algunas chicas y chicos reciben mensajes diferentes en lo que respecta a su sexualidad:

Para ellas…

– el placer, el conocimiento del propio cuerpo y la masturbación parece ser algo secundario

– en temas de anticoncepción, se responsabiliza más a las chicas

– el amor romántico sigue pegando fuerte

– estar guapa para seducir

– toda chica en un futuro querrá ser madre

Para ellos:

– cuánto más mejor

– la sexualidad es una necesidad natural, derecho al placer

– iniciativa sexual

– analfabetismo emocional

La consecuencia de una educación sexual sexista se traduce en:

  • Menos libertad
  • Menos placer
  • Más peligros

En la mayoría de formaciones que imparto al profesorado es rara la vez que no sale el tema de la “vestimenta de las chicas” por no considerarla adecuada. Se censura la forma de vestir de las chicas, a veces la forma de bailar, de mover las cadera, incluso la música que escuchan. Cuántos comentarios he escuchado sobre la moda del pantalón corto “¡es que enseñan el culo!”, “es que les queda fatal”, “es que los chicos no se pueden

concentrar” frases todas ellas cargadas de violencia hacia las chicas. En esa forma de vestir, algunas personas ven “provocación” otras “cosificación” y yo veo libertad.  Veo libertad en las chicas que se visten como les da la gana, que aceptan sus cuerpos  sean de la forma que sean, que siguen la moda porque lo que más desean es “no desentonar” dentro de su grupo de iguales (ellas y ellos) pero que, desde ahí, son capaces de aceptar sus cuerpos, gordos, flacos, con celulitis, sin ella.

La gente joven no es tonta, ni hemos retrocedido 20 años, ni vamos a peor; esos discursos alarmistas lo único que hacen es no permitirnos ver la realidad de cada joven.

Situaciones de violencia, machismo y desigualdad en algunas relaciones jóvenes, haberlas las hay, pero no son la mayoría.
Es importante preguntarnos si nos interesa la vivencia de las relaciones afectivas y sexuales de la gente joven que nos rodea: hijas, hijos, amistades, alumnado…no sólo con el afán de evitar peligros, que también, sino como una cuestión de vital importancia para que crezcan y se desarrollen también en este aspecto.

La sexualidad de las niñas, adolescentes y chicas jóvenes tiene que estar en el mismo terreno de juego que la de los niños y chicos jóvenes. Cada chica y cada chico es único y singular, escuchemos el significado que cada quien da al hecho de ser sexuado, confiemos y estemos a su lado, esta es mi apuesta como madre y formadora.